viernes, 26 de abril de 2013

Universidad

De todas las entrañas de la tierra
Yo me abracé a la más inverosímil
y ahí estuve llorando hasta que el sueño
se apiadó de mí y de un solo golpe
me lanzó a la muerte que no era
otra cosa que un tango sin pareja...

Ahí quedé transido de otro idioma
me tuve que comer las estaciones
No tuve más reloj que esta muralla
donde los mediodías parecen todavías


Muerto dejé de ser tan sustancioso
recuerdo que cada día
pasaba por los espejos
deseando que salpicara sentido la imagen burda
deseando que los olores volvieran todos a transitarme
teniendo que aceptar que estaba subsumido
en dos estados
el triste que es el más gaseoso de los fantásticos
y el líquido
que es el más concreto de los irreales...

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