martes, 7 de octubre de 2008

Nobleza obliga

Las palabras se suicidan de maneras muy torpes
La última que vi saltó de un sueño
como un osado marinero sordo
como un lerdo epifenómeno borracho
Los tres tristes tigres dejaron
de comer trigo
y las anchas alamedas se llenaron de imposibilidades cívicas
como discusiones que versaban sobre el color de las micros
o la apariencia que tenía el último pelafustán del fútbol

beso

En la arquitectura sorda del beso
hay miel sombría
unas gotas resbalosas de entusiasmo
que se lanzan desde el séptimo sentido al quinto piso
y suben como espuma mística en secreto como espasmo
en resumen un goteo misterioso se funde en lenguas
de antigua data
y chorrean una esperma mineral llena de sed
hecha de sed y origen y sentido en espiral que corre como llave abierta