lunes, 24 de diciembre de 2007

Los pervertidos

Ellos que se abrazan
saben que la h no se pronuncia
y se la pasan por las bocas comunicándose un silencio
espantoso, una oquedad
llena de fisuras por donde las letras caen
formando una dentadura

Aunque sea

Me quería quedar con la mano dormida
a media luz
sabiendo que las orugas crecen como las pupilas
en la oscuridad
y desnudan su obscenidad sagrada
como orugas como pupilas reventógenas, artrósicas
sacadas de un lenguaje viejo como la medicina de los órganos que sangran
flotando en formol