martes, 21 de mayo de 2013

La leche de noche

Ella tenía la extraña facultad de sonreírle a los fantasmas. Sus circuitos de leche, sus lechugas rosadas, sus pezones de leche prometida
habían ido a algún lugar lejano
a preguntarse
dónde estaba la mujer
la única flor dormida en el dolor
la única pajarita sentimental 
la ventana hasta el mar...
Yo la admiraba al verla cerrar sus ojos y respirar
porque en ese acto sensible, en esa pura disposición terrestre
la naturaleza me mostraba todos sus dientes...