lunes, 1 de abril de 2013

Darwin

Al otro día del mar
cuando la sequedad sensible de la boca
arrastrada hasta la concha más triste
tuvo la sensación de estar tan viva
vino la ola nueva, la nueva ola
y multiplicó lo nuevo y le puso nombre
y así lo repitió hasta el aspaviento
llevándose el dolor a otro sentido
como si hubiese traspuesto en otro idioma
la otra bandera de otra nación
en otro origen.

Al otro día del mar
vino la luz
sin hoyos 
del delirio
e iluminó la voz vacía de los muertos
y ese discurso innumerable abrió sus puertas 
y así la gobernanza se hizo semblante
y el habitante entonces se hizo carne
y comenzó de nuevo...

Yo no sé que otro nombre tiene Darwin
en otros idiomas
Pero si no hay evolución  no hay patria
y si no hay revolución
no hay como llamar a los cementerios
Todos se quedan sin palabra 
y sin chupete. Es necesario que el reloj nos marque
la hora fatal donde hundirán la aguja...

No hay comentarios: