sábado, 18 de diciembre de 2010

La triste relación

Cuando deje de morirme en serio
y puedas extender en mi mano la carta y luego te cases por doquier
con todos
me llevarás del brazo hacia un altar sin nombre
y ahí pondrás Antonio
mi nombre espúreo
mi nombre sin espinas
sin sentido, quizás no hay río oscuro que lo traiga
ni cargamento absurdo que lo lleve
no hay guerra donde estuvo eso que dices prometer
por eso te lo traes arrastrando
con la dificultad del que lo sufre
con la pesadumbre del soldado
del que se quiso suicidar
con la pestaña apenas sostenida
con la esperanza de no sostenerse
ahí pondrás la piedra
donde estuvo
la triste relación que nos tuvimos
la especie de esperanza que nos trajo
de nuevo al sueño donde también supe
que la carne era rica
y mastiqué
tu poca tu voraz imagen a ti misma
como un pedazo reciente de pan triste
donde no había nada que echar
ni sensaciones....

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