Los perros que ladran por nada
la noche muerta
la helada boca del beso que se borró
la poesía perdida
la brutal premonición
la efectividad del hecho
la pura línea desnuda de la irrealidad
la espera que gotea
la hora que insiste
el pecho lleno de desilusión
la boca llena de espuma
se acerca la ola loca desembocada
se agrieta la noche rota
se parten pechos
de noche
bajo el infarto
de pena se muere el hombre jamás querido
no tiene pena ni gloria la permanencia
se viene borrando a si misma la misma letra
que no formará palabra ni descendencia...
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