martes, 23 de noviembre de 2010

Bala Pasada

Me gustan los secretos babosos
que se arrastran como caracoles
en los bordes del río
y dejan un nombre ciego en el surco sucio
donde el deseo habita su propia conchita
Sobre todo me gusta cuando tus ojos lentos
amenazan con irse detrás de la madrugada
y crecen nuevamente todos los contratiempos
los días que se gastan de tanto andar de luto.
Por qué no me desnudas debajo de los sauces
no tengo tanto frío
ni tanta pena negra
Las cosas hace tiempo que pasan por mi alma
y dejan una especie de sal desmesurada.
Por qué no te haces tiempo y pueblas mi salero
con lluvia de tu boca, con sombras chinas húmedas
con eso que traduces apenas desaparece...
No cuesta nada es
como comerse los tallarines imposibles
como desgranar el choclo como dejarse caer como
quizás
como todo lo que rodea las cosas públicas
las demandas, los horarios
como dejar apenas un hilo de voz
y de él colgar una maraña de pelos
y desde ahí desear nada más
desear...

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