sábado, 1 de septiembre de 2007

Autopsia

Varios horrores fueron extraídos de su cerebro seco. Varios hilos, varias películas sagradas, varias serpientes y sepelios todos húmedos, llenos de su materia gris, de sus noxas inmundas
que conectaban ideas con fantasmagorías, propósitos con miradas, conclusiones con acciones desmesuradas. A la luz de las velas, el cerebro del asesino adquiría un resplandor fatuo, una palidez llena de reverberancia y sed.
Sacaron materiales sucios hasta las cinco de la madrugada. Algunos se llevaron recuerdos llenos de gritos que goteaban una mucosidad sensible, otros arrastraron cables que parecían venas, venas que parecían sueños, infinitas sensaciones oxidadas, con clavos incrustados en el núcleo de las ideas, y pernos que sobraban en la irreductible arquitectura del órgano vaciado...

1 comentario:

Pipilar dijo...

este no lo había leído.. ta weno..

nos vemos pronto?

besos