viernes, 14 de mayo de 2010

Lluvia

La lluvia vino a mí
como a silencios
dejando mordeduras invisibles
soltando sin sentido silabitas
sin saliva
Sin sentidos todos como acumulaciones
y cartas que se iban borrando a lágrimas sin memoria
con paranoia y con dedicatorias románticas
a la madre a la más ausente de las irreales
a la más cruel de las totalitarias
No sé qué más decir
la lluvia borraba con ahínco todas las letras dulces que puse
en las hojitas amargamente blancas
la lluvia se encargó de comerse el calendario
de borrar el número del año, el patronímico de mi desilusión
la sensación de amor que habló en mi vientre
cuando te dije amor
está lloviendo...

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